La flora y la fauna del Unimev suele ser objeto de estudio de varios geólogos y especialistas quienes después de varios años de estudios llegaron a la siguiente conclusión: Un perro del Unimev no es básicamente diferente a uno de por ejemplo, el Cadore. Sin embargo los especialistas en plantas no pueden decir lo mismo. Es que en el barrio en los años 80 comenzaron a aparecer especies extrañas que fueron tema de conversación entre los mas curiosos. Tal es el caso de la flor naranja que salió en en zanjón de la avenida junto al cañaveral de la calle Azcuénaga. O las calas que aparecieron de la noche a la mañana en el boulevard de Pedro Vargas. El origen si bien sigue siendo confuso, apunta a experimentos químicos de un grupo de especialistas en injertos que al parecer recorrían las calles modificando plantas. Nadie sabe el porqué, algunos hablan solo de diversión. Esta aparente práctica lúdica fue puesta en tela de juicio cuando Raul Rivedentto, vecino de la zona, afirma haber visto a dos chicos de 9 o 10 años pinchando plantas con jeringas. Mucho tiempo después se supo la verdad: el negro Cocha y Dano, entusiasmados por los experimentos sobre la "crotoxina" famosa en la época y muy recurrente en los medios de comunicación, salían a la calle en horarios donde no había nadie a hacer injertos. Al parecer recolectaban remedios vencidos tales como jarabes para la tos, psicofármacos y algún que otra medicamento para la presión, que iban mezclados en las jeringas para "crear nuevas especies" Los "croto-xineros" como se hacían llamar, tenían mas que ver con las cuatro primeras letras de la palabra que con su habilidad por la química. Tenían su laboratorio entre los cañaverales de la calle Azcuénaga. La idea era experimentar con ratas, pero la cobardía para atraparlas hizo que esta pasión se volcara a las inofensivas plantas quienes al no poder escapar ni gritar, eran víctimas de los más agraciados cocteles de drogas vencidas. Los resultados eran alentadores: Plantas de colores, Tallos gigantes, hormigas del tamaño de un sapo. Pero lo mas grotesco fueron plantas que se volvían carnívoras, esto lo supieron después de que un malvón se comiera entero a un caniche de una vecina de las torres sin siquiera masticarlo. El caniche nunca apareció, la vecina puso carteles en todos los negocios. Expertos de la National Geographics visitaron el barrio como objeto de estudio. Nadie sabe como cambió la flora del Unimev ni porque, pero el mito de Los Crotoxineros se hizo fuerte y por las dudas ya nadie pasa por al lado de los malvones por miedo a ser tragado. Otros afirman que las plantas nunca variaron en el Unimev y siempre han sido las mismas, sino que en fallidos intentos para pinchar plantas, el dúo croto-xinero sin querer, se pinchaban los brazos o manos en torpes movimientos creándole minutos después una psicodelia digna del festival de Woodstock en los años 60. Los croto-xineros de esta manera veían el mundo de otra manera no captando que es realidad y espejismo. ¿Existieron estas plantas? No lo sabemos, solo nos queda leer una frase que El negro Cocha escribió en esos años "La realidad está en en tu ojos, fortuitamente anunciada por los colores del alba y la retrospección animada de la reacción nefasta e inherente" ...clarísimo.
jueves, 1 de octubre de 2020
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