viernes, 2 de octubre de 2020

LA ÚLTIMA RAYUELA

 Un tema sin duda muy debatido por Los Golos (tribu originaria que frecuentaba la Adolfo Calle en los años 80´) fue sin duda  la ubicación del terreno exacto para jugar a La rayuela. Cabe señalar que este fantástico juego no es fácil de jugar, pues había que tener en cuenta varios factores  que hacían a la calidad del juego.


1 - Conseguir tiza: Tarea que demanda aproximadamente media hora hasta encontrar una obra cercana en construcción y robar (o mejor dicho sustraer) un pedazo de yeso a modo de tiza.

2 - Dibujar del 1 al 10 los casilleros mas o menos iguales:  Tarea difícil ya que ninguno de los participantes tenía idea de perspectiva, ni de dibujar un cuadrado exacto. Este paso es muy importante ya que una Rayuela mal dibujada podía desembocar en la acequia en lugar de "el cielo"

3 - Ubicar una piedra: Tenía que ser chata, ya que el juego consistía en ir tirando la piedra mientras se salta en una pierna para luego recogerla. Si la piedra era muy chica la mayoría de los participantes era vencido por la gravedad al tratar de agarrarla y terminada vencido en el piso (y generalmente cagado a patadas por el resto de los participantes)

La elección del lugar físico y geográfico era sin duda un tema muy serio. Luego de sentarse en varias sesiones especiales, el parlamento de Los Golos y pibes del barrio decidió unánimemente que La Rayuela se jugaría en la esquina de Gainza y Gregorio Torres, justo en la vereda de la señora Cuca

Al principio se comenzó a dibujar en la vereda pero misteriosamente al día siguiente la rayuela no estaba. 

Muchos estudiosos y adivinos atribuyen dicho misterio a seres sobrenaturales que venían de noche y la desaparecían pero la teoría mas consistente era que la Cuca baldeaba, re caliente y enojada la vereda todas las noches no dejando así rastros de dicho juego el día después.  Pero esta teoría aún hoy está sin resolverse. 

Poco a poco el juego se trasladó en la misma latitud pero en plena calle y justo debajo de la luminaria que producía un efecto reflector que animaba a los participantes a jugar. 

Pero el lugar fue abandonado al poco tiempo debido a que los autos que doblaban por Av. Gainza interrumpían las interesantes partidas.

Famoso fue el episodio en la que un Dodge 1500 naranja casi se lleva puesto al Polilla quedando los demás participantes boquiabiertos.

Después de estos fallidos intentos Los Golos agarraron la pelota y se hicieron un partidito en la avenida, abandonando para siempre así tan noble juego.

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