Se ha discutido mucho entre los cartógrafos los límites reales de Unimev
Algunos sostienen que los límites son claros: al norte la avenida de acceso, al oeste la calle Manuel I. Molina. al este la Azcuénaga y al sur el paredón del club de campo. Sin embargo entre Los Golos (antigua tribu del barrio en los años 80) esto no estaba tan claro. Algunos miembros de la barra se desorientaban cuando sus madres le decía "andá pero solo por el barrio" pedaleando en bicicleta y llegando a lugares realmente inhóspitos. Todos sabemos que el mundo es mas grande cuando uno es chico, y esas dimensiones no se encuentran en manuales ni en mapas.
En rebeldes escapadas a escondidas algunos miembros de Los Golos disparaban en bici hacia los entonces matorrales de la calle Azcuénaga hacia el Cadore, que al parecer era un país lejano y misterioso. Era un viaje largo, había que llevar víveres, cantimploras, sogas, y elementos de supervivencia por si pasa algo que no estaba en los planes, como así también una onda para cazar lagartijas. Ir al Cadore era como ir a Canadá, solo que mas peligroso. La famosa patota del Cadore, tan temida en esos años. podían pegarte una trompada, hacerte bullying. Los mas violentos podían llegar a exagerar algún defecto físico diciendo por ejemplo "narigón" si tu nariz traspasaba los límites normales o "boca de rata" si tenías labio leporino. Muy contrastante con drogarte, violarte, hacerte narco o vender tus órganos como comenzó a ocurrir muchos años mas tarde y ya no en ese barrio. Ya cruzar al barrio Empleados de Comercio era una hazaña....pero siempre hubo una hermandad con ese barrio, quizás porque muchos íbamos a la escuela Mayorga.
El mundo terminaba entonces en la avenida de acceso. cruzando la pasarela se decía que había un mundo nuevo, que habitaban dragones y hadas y un mundo encantado. Mucha fue la decepción de Paulero cuando un día lo cruzaron al "otro lado" a comprar ropa. Paulero expectante de ver monstruos y espadas, vio en cambio un castillo con techo de chapa de colores, años después se enteró que se trataba del Disco Carrousel (antecesor del shopping en los años 80)
Las madres exageraban sus recomendaciones para evitar que nos fuéramos lejos, diciendo cosas tan extremas como "si vas, no vas a venir", "te puede pasar algo" o " vení a la una...a las dos...." esta última la mas convincente. Los Golos de esta manera se inundaban de temores y cualquier escape era una aventura donde el miedo y la adrenalina se mezclaban en un revoltijo emocional.
Alguno psicólogos sostienen que estos miedos inculcados en al niñez dan frutos en la edad adulta.
Hoy en día Los Golos ya tienen todos mas de cuarenta años, al parecer ya exploraron otros límites y se dice que algunos de ellos (no todos) ya se animaron a cruzar la avenida de acceso. Eso si, acompañados siempre por alguien.
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