Mientras todo eso sucedía Julián estaba en un bar, solo, tomando una cerveza y hablando por chat con otros dos compañeros que también habían optado por "no ir". Los 3 cortados hablaban sin cámara, solo escrito y a veces por mensajes de voz. Mientras la fiesta transcurría, ellos hicieron su "fiesta" solitaria, nostálgica, diferente, quizás aburrida. Compartieron recuerdos, claro, pero hablaban mas en forma hipotética, no querían verse. De repente a las 12 de la noche Julián tuvo una idea. Hacer una carta (escrita) explicando el porqué de su actitud. No es que era necesario explicar nada pero querían estar de alguna manera presente en esa noche, aunque de otra manera. Hablaron mucho entre ellos de esta idea mientras la fiesta paralela sucedía. Era como una cofradía aparte, como un club subversivo y oculto pero fascinante. Julián pensaba que no debía ir porque de esa manera se estropeaban los recuerdos. Se trizaba la magia, se confundían las caras. ¿de que me vale ver al gordo Giménez, el mismo que corría por el patio de la Mayorga con un chupetín en la mano convertido en un flaco pelado y algo choto? ¿de que me sirve ver al negro Pérez canoso y con arrugas?....ese no es el negro Pérez carajo !! El negro Pérez es y será eternamente ese movedizo flaquito que se escondía tras las escaleras y que me pedía plata para comprar juguitos congelados...quiero que quede así, congelado como los juguitos, quiero tener esa imagen para la eternidad, quiero engañar a mi cerebro diciéndole que el negro Pérez no creció, no envejeció sino que será así, movedizo, pedigüeño, bueno para las figuritas y arquero eterno de nuestro equipo de futbol. No quiero ver a Lorena (la linda del curso) convertida en una señora, no quiero ver al "rata" Padilla convertido en nada, quiero recordarlo a mi manera y quizás no quiero que me vean a mi (al Julián) canoso y panzón. Quiero regalarles mi imagen primaria, mis inicios. Los 3 cortados coincidieron en eso, Julián expresó con palabras lo que muchos pensaban. No era esconderse, ni negar nada, era simplemente cuidar la magia, mimar a nuestros recuerdos, proteger la nostalgia. ¿A quien no le ha pasado que al volver a un lugar que hace tiempo no visitaba, las nuevas imágenes tapan las viejas? o al menos la confunden. Las nuevas caras tapan a las otras, El tiempo es tirano y recuerda lo inmediato.
Los 3 cortados pasaron la noche hablando, recordando a su manera. A la 1 de la mañana, cuando dejaron de hablar, Julián agarró una foto, la recortó. Cortó las tres caras ( la foto era de 1987 y salían los tres) y las pegó en una hoja. Agarró el auto y enfiló hacia la casa de la reunión. Al estacionar puso una canción en Spotify " La muralla verde" de los Enanitos Verdes. Respiró profundo. Se le vinieron imágenes de 7mo grado, el baile de despedida, su primer beso, los recreos, sintíó olores. Tomó coraje y bajó del auto. Silenciosamente, como un ladrón nocturno, caminó sin hacer ruido hasta la puerta y dejó el sobre por debajo tocando el timbre y corriendo infantilmente hacia el auto. Se escondió tras el volante y esperó a ver quien salía. Salieron varios, seguro los conocía pero no los reconoció. Salió un señor pelado, un gordo, una señora rubia y una de pelo corto, todos reían. Eran sus compañeros pero no quería saber quienes. La cara de los 3 cortados fue vista por muchos ojos y todos se reían mencionando nuestros nombres. "Miren es el Julián..!!"
Debajo de las fotos decía con marcador negro: "QUEDEMOS EN MITO"
Las risas se transformaron en miradas. Hubo un momento de silencio hasta que alguien hizo un chiste. En la oscuridad de la noche el motor de un auto nuevo se encendió para perderse en el recuerdo. Las luces rojas se perdían en la esquina al doblar mientras un perro lejano ladraba, mientras una puerta se cerró para seguir con la fiesta.
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